Proyectan dos playas artificiales en la costanera del lago Villarrica

Unos $ 4 mil millones costará novedoso proyecto para mejorar la calidad de las deterioradas playas de este balneario de la Araucania

Las fangosas y pedregosas playas de este balneario lacustre podrán ser sometidas a una cirugía mayor, mediante el relleno con miles de toneladas de arena, para transformarlas en las mejores de la zona. La Dirección de Obras Portuarias del MOP contrató un estudio que concluye en septiembre para determinar la factibilidad económica del proyecto, e iniciar luego los estudios de ingeniería.

La idea es intervenir las deterioradas playas “El Pescadito” y “Pucará”, ubicadas donde hoy se construye una moderna costanera de cuatro kilómetros, que recupera e integra el lago al paisaje urbano de la ciudad.

Un diseño preliminar contempla la habilitación de ambas playas y la construcción de un parque lacustre, con instalaciones deportivas, terrestre y náuticas en un tramo de un kilómetro. Con una inversión de $ 4 mil millones, permitirá que Villarrica potencie su desarrollo turístico.

Los datos preliminares del estudio en curso indican que se requieren entre 15 mil y 20 mil metros cúbicos de arena para habilitar las playas. “El Pescadito” tendría 240 metros de extensión, y “Pucará” 370 metros de largo, con un ancho de 70 metros y una altura o relleno al menos de un metro.

El proyecto considera también la construcción de espigones de hormigón al interior del lago, para desacelerar el oleaje y evitar la decantación de la arena, formando pequeñas bahías en ambas playas a intervenir, separadas por un parque. Su diseño fue seleccionado por representantes de la comunidad, entre tres alternativas posibles.

“Queremos intervenir las playas deterioradas para recuperar el borde costero de la ciudad, y al mismo tiempo impactar positivamente en el turismo, replicando las exitosas experiencias en el norte. Si se mejora la calidad de las playas, de sus arenas, de su entorno, gana la ciudad y el turismo”, señala el director regional de la DOP, Marco Araneda.

El Mercurio