Una sana envidia es la que surge de manera espontánea cuando leemos que en Perú acaba de aprobarse y promulgarse la Ley General de Turismo, con la aprobación de todas las organizaciones, asociaciones y personalidades ligadas a esta industria. Ha sido un éxito tanto para la actividad como para el país, porque los poderes legislativo y ejecutivo, por fin, han considerado al turismo ''de interés nacional'', y lo consagra como una ''política de Estado para el desarrollo del país''.
Congratulaciones para quienes hicieron posible entregarle al Perú nuevas y eficaces herramientas para impulsar su enorme potencial turístico. El Parlamento fue clave en su tramitación porque supo interpretar las necesidades y urgencias que le fueron planteadas desde distintas tribunas especializadas. La pregunta que se hacen ahora los chilenos es: ¿tendremos también una Ley de Turismo?.
Hasta aquí parece que sí y parece que no. Parece que sí porque existe una proposición enviada por el ejecutivo al Congreso y que ya ha pasado por todos los trámites correspondientes. Y parece que no porque no se vislumbra ninguna señal que diga que más temprano que tarde saldrá la Ley tantas veces mencionada por los estamentos políticos.
El mensaje oficial ha sido objeto de demasiadas consultas, análisis, discusiones, tramitaciones, etc. Es decir, burocracia hasta el infinito. No ha habido congreso, seminario ni charla donde se haya discutido el tema. Expertos y opinantes han sobrado, pero hasta ahora el Poder Legislativo no se pronuncia. Existe el temor de que los señores parlamentarios se olviden del asunto. La campaña electoral está comenzando y el turismo no asuma por ninguna parte. Ni siquiera se le menciona en las eternas promesas que se hacen en estas ocasiones. Al parecer, las buenas intenciones de algunos diputados y algunos senadores tendrán que esperar días más tranquilos.
Tal vez para el Bicentenario alguien nos explique que la ley ''ya está por ser despachada'', pero que habrá que esperar nuevos estudios. Es decir, seguiremos en lo mismo.
Porque no aprendemos un poco de nuestros vecinos y le damos un corte definitivo al tema, tal como está en su último trámite legislativo. Total siempre habrá tiempo para hacer modificaciones, pero lo que importa es tener un a Ley en la cual trabajar en este rubro que tiene mucha incidencia en el desarrollo de los pueblos.