Este remoto pueblo se ubica en la isla de Flores, territorio profundamente montañoso y de origen volcánico.
Un proyecto de cooperación español está destinado a aliviar la pobreza y proteger la naturaleza en la indonesia isla de Flores mediante el turismo ecológico y cultural en Waerebo, una aldea genuina a la que solo han llegado 500 visitantes.
El programa ha permitido mejorar el acceso a este remoto pueblo sin carretera y a tres horas de marcha por caminos de montaña desde la población más cercana, además de construir su primer depósito de agua y de promocionar el lugar como destino turístico.
Su principal atractivo, orgullo de sus cerca de 700 habitantes, son las cuatro cabañas tradicionales que coronan Waerebo, unas peculiares construcciones cónicas de hasta quince metros de altura, únicas en el mundo, que acogen bajo sus estructuras de madera ocho familias (40 personas) cada una.
Tan sólo quedan cinco casas de este tipo en Indonesia, por lo que autoridades locales estudian proponer que, por su valor histórico y arquitectónico, sean declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
A estas casas de carácter único se une el encanto de los habitantes del pueblo, que conservan intactas sus tradiciones ancestrales, y el entorno natural, formado por bosques protegidos.
PROYECTO
No obstante, la arraigada pobreza de la región, una de las más atrasadas de Indonesia, ha dificultado enormemente el desarrollo del turismo en la zona desde que un fotógrafo japonés descubrió al mundo Waerebo en 1994.
La electricidad, que se estrenó en noviembre de 2008, es todavía un precario tendido de cables sobre postes de bambú que sólo llega a las principales casas del pueblo.
Por eso, la Unesco, con financiación española y el apoyo de la organización no gubernamental Burung Indonesia, decidió apostar por el turismo en esta comunidad rural y ayudar a eliminar los obstáculos que lo afectaban.
"El objetivo del proyecto es promover el turismo ecológico y cultural en Waerebo para contribuir a erradicar la pobreza y favorecer la conservación del medio ambiente, que son dos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio", explica Arantzazu Acha, representante española de Unesco Yakarta.
El proyecto de cooperación se completa este mes, después de un año y medio de trabajos, con una valoración "muy positiva" por parte de sus impulsores.
"La comunidad acogió muy bien nuestras iniciativas y está deseosa de seguir adelante, y los gobiernos locales y el central se mostraron muy participativos y se ha logrado una mayor cooperación y comunicación entre ellos", añade Acha.
La electricidad, que se estrenó en noviembre de 2008, es todavía un precario tendido de cables sobre postes de bambú que sólo llega a las principales casas del pueblo.
Por eso, la Unesco, con financiación española y el apoyo de la organización no gubernamental Burung Indonesia, decidió apostar por el turismo en esta comunidad rural y ayudar a eliminar los obstáculos que lo afectaban.
"El objetivo del proyecto es promover el turismo ecológico y cultural en Waerebo para contribuir a erradicar la pobreza y favorecer la conservación del medio ambiente, que son dos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio", explica Arantzazu Acha, representante española de Unesco Yakarta.
El proyecto de cooperación se completa este mes, después de un año y medio de trabajos, con una valoración "muy positiva" por parte de sus impulsores.
"La comunidad acogió muy bien nuestras iniciativas y está deseosa de seguir adelante, y los gobiernos locales y el central se mostraron muy participativos y se ha logrado una mayor cooperación y comunicación entre ellos", añade Acha.
TURISMO
El programa financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo (Aecid) incluye también un estudio sobre el potencial turístico de Flores, realizado por una universidad indonesia, y la edición de una guía didáctica para desarrollar el turismo cultural.
La oficina técnica de la Unesco en Yakarta ha realizado también una serie de actividades paralelas con los habitantes de Waerebo, como talleres de formación en cocina, hostelería y contabilidad, y ha editado varios folletos turísticos.
La isla de Flores, que debe su nombre a los portugueses del siglo XVI, es una isla profundamente montañosa, de origen volcánico y difícil acceso, dominada por una cadena de volcanes, algunos de ellos activos, como el Kelimutu.
La oficina técnica de la Unesco en Yakarta ha realizado también una serie de actividades paralelas con los habitantes de Waerebo, como talleres de formación en cocina, hostelería y contabilidad, y ha editado varios folletos turísticos.
La isla de Flores, que debe su nombre a los portugueses del siglo XVI, es una isla profundamente montañosa, de origen volcánico y difícil acceso, dominada por una cadena de volcanes, algunos de ellos activos, como el Kelimutu.
Fuente: http://www.latercera.cl/