LO VULNERABLE QUE ES EL TURISMO…


Durante más de cinco días la actividad turística en la región de Magallanes se vio con las manos entre las piernas. Producto de una demanda social, lo que movilizo a los magallánicos y nos volvió a recordar su espíritu tenaz, turistas tanto nacionales e internacionales vieron afectado su viaje por esa tierra austral. Según datos de los organismos oficiales las pérdidas económicas para la actividad (sobre todo para los empresarios) son ingentes. Por otro lado, la imagen de la región, que hasta antes de la movilización de la ciudadanía era catalogada de segura tanto por turistas nacionales e internacionales como por los operadores turísticos especializados, hoy se encuentra en una etapa de “encantar” nuevamente.

Lo anterior, nos debería poner en una situación de reflexión constante sobre la situación de vulnerabilidad en que se ve envuelta la actividad turística por motivos externos no planificados. El sistema turístico no es estático, la demanda de los turistas cambia a cada instante y los países se preparan para enfrentarlo a través de estrategias, campañas de promoción, etc., pero ¿cómo prepararse para enfrentar situaciones externas, entiéndase por ello catástrofes naturales, movilizaciones ciudadanas, paros en los servicios públicos, cortes de caminos, que generan un efecto dómino en la actividad turística?

Solo queda por mencionar que tenemos una deuda pendiente, en relación a la imagen turística que Chile quiere transmitir, desde el terremoto del pasado 27 de febrero de 2010. Una deuda pendiente que es el momento de cancelar aprovechando que el Plan de Promoción Público – Privado se encuentra en pleno desarrollo en donde es imperioso estudiar la factibilidad de incluir un Plan de Contingencia frente a situaciones como las acaecidas en el sur de nuestro país.

Luis García Oteiza