Unos 5.000 visitantes llegarán a Rapa Nui antes del 11 de julio, fecha en la que ocurrirá el eclipse total de sol más importante en casi 20 años. Algunas delegaciones reservaron hace dos años y los hoteles fijaron una base de 500 dólares por noche. Para hacer más cupos, los isleños amplían sus casas y transforman sus patios en camping.
El próximo 11 de julio, Rapa Nui será un hervidero: en la isla calculan que casi 5.000 turistas de todo el mundo llegarán a esperar el eclipse total de sol más importante en casi dos décadas. La razón: se sabe que será uno de los mejores escenarios para contemplar el fenómeno. Como ejemplo, una delegación científica de una universidad de la India arrendó un hotel completo, dos posadas y un terreno aledaño para no perderse el evento. En total, 60 personas que reservaron hace dos años. "Fue sorprendente la anticipación. Hace un año las reservas de hoteles, hostales y posadas ya estaban completas y muchos empezaron a construir para poder recibir a más turistas", asegura el presidente de la Cámara de Turismo de Isla de Pascua, Edgar Hereveri. Faltan poco más de tres meses y los preparativos van a toda máquina para recibir a los visitantes. La semana del eclipse llegarán 17 vuelos, cada uno con entre 200 y 250 turistas, provenientes de Santiago y Tahití. No es todo: la semana previa al evento aterrizarán otros 11 aviones. Hospedajes de emergencia Como la capacidad hotelera de la isla es de 1.800 camas, los turistas superarán en 277% los cupos en hoteles de tres, cuatro y cinco estrellas. Eso, sin contar las casas donde arriendan piezas, que, según la gobernación, podrían ser unas mil. Es en ese improvisado sector donde se están preparando con todo. Actualmente hay unas 100 viviendas particulares en tareas de ampliación y mejoramiento, para servir como hospedaje a quienes no pudieron conseguir alojamientos formales. Lo mismo ocurre con los terrenos privados: hay tres patios, de cinco mil metros cuadrados, donde se están construyendo baños y duchas para ser utilizados como camping. La alta demanda generó una esperada reacción de la hotelería formal. Para la primera quincena de julio, los recintos asociados a la Cámara de Turismo local acordaron fijar una tarifa básica de US$ 500 por noche, que llega a US$ 700 en el caso de los establecimientos más grandes. "Como se trata de un turista distinto, que viene en delegaciones de universidades o institutos de reconocimiento internacional, no escatiman en gastos", dice Hereveri. En la isla trabajan en los pedidos que han hecho los científicos. Terrenos para instalar sus equipos, electricidad, pensión completa, tours para recorrer la zona e, incluso, generadores para montar decenas de gigantescos telescopios. Lo mismo hacen con la comida y el alcohol: los hoteles que en temporada alta disponen de 40 cajas de vino, han encargado 100, para tener un stock de 1.200 botellas. También han doblado los insumos de cocina. Las delegaciones, además, han solicitado cocteles en lugares con vista al mar, toldos y equipamiento, que llegarán en buque en junio.
Reforzarán seguridad y sitios típicos
Para resguardar la isla, las distintas instituciones y policías elaboran planes de contingencia. Conaf evalúa cerrar los perímetros de Orongo, Rano Raraku, Rano Kau y el acceso de Anakena, donde hay numerosos sitios ceremoniales y sagrados protegidos por la Ley de Monumentos. La idea es determinar un número máximo de personas en cada sitio y evitar la permanencia de multitudes. En esos lugares no se permitirá acampar.
El contingente de la PDI será reforzado a objeto de agilizar los trámites de control de pasajeros y evitar el ingreso de drogas. Carabineros, por su parte, desplegará sus efectivos en los sitios de mayor aglomeración de personas. Todos estos planes deberán ser visados por la gobernación.
La municipalidad, por su parte, está organizando una fiesta para mostrar a los visitantes los rasgos típicos de la cultura, con pinturas, bailes, cantos y competencias.
Fuente:www.latercera.cl