Nuestros cielos marinos, entre tanto, son surcados en primavera y otoño por el Gaviotín Ártico, ave marina que completa la ruta migratoria más extensa, viajando casi sin detenerse por 3 meses desde la tundra ártica, donde nidifica, hasta las costas antárticas. Este gaviotín puede ser registrado en la excursión pelágica que se realiza a alta mar, misma salida en la cual birdwatchers podrán observar al Albatros Real, una de las aves voladoras más grandes del mundo (record que comparte con su pariente cercano el Albatros Errante), y que mide 3 metros y medio de envergadura con las alas extendidas.
A juicio de Rodrigo Tapia, ornitólogo y uno de los organizadores de este festival, “es importante recalcar que lamentablemente la mayoría de los albatros se encuentra en serio peligro de extinción debido a que mueren por miles cada año, ahogados como captura accidental al quedar atrapados en líneas con anzuelos que se extienden por kilómetros (long lines) y que son tendidas cerca de la superficie por barcos pesqueros industriales”, agregando que “como ejemplo, sólo quedan aproximadamente 11000 ejemplares del albatros de Chatham y si la actual tendencia no cambia es probable que en algunos años ya no podamos ver a esta especie.
Es una tragedia que estas magníficas aves, los albatros, que son el espíritu de los océanos del sur, estén muriendo de una manera tan indigna; los mares nunca serían lo mismo sin su imponente presencia”. Otra especie que compite en tamaño con estas aves marinas es el Cóndor de los Andes, lo que la convierte en el buitre más grande del orbe, y que podrá ser apreciada durante el tour a Portillo.
Además, en nuestro país existe una de las aves con mejor olfato de todas. Se trata de otro buitre, el Gallinazo, el cual es capaz de olfatear un animal muerto a varios kilómetros de distancia. Los observadores que lleguen hasta el Parque Nacional La Campana y al litoral y humedales costeros podrán verlo.
ZONA DE AVES ENDÉMICAS
Cabe señalar, además, que en nuestro país se encuentran alrededor de 460 especies de aves. Trece de ellas son endémicas (sólo existen en Chile) y nueve de éstas se encuentran en la zona central, lo que hace de esta una locación ideal para este Festival. Sin ir más lejos, en el Parque Nacional La Campana, por ejemplo, se pueden encontrar 7 endémicos de Chile, siendo el más abundante la Tenca. Además están la Turca, Tapaculo y Churrín, que pertenecen a la familia Rhinocryptidae, exclusiva de Sudamérica, el Canastero, la Perdiz Chilena y la Chiricoca. Por otro lado, el Picaflor de Juan Fernández es una de las aves chilenas más amenazadas, ya que quedan sólo unos 1500 ejemplares.