Desde el punto físico, esta región posee las cinco unidades tradicionales del relieve, logrando un amplio desarrollo el Valle Longitudinal; la Cordillera de la Costa, que se presenta con alturas bajas originando en su interior valles y cuencas; la Cordillera de los Andes, que se muestra como un gran macizo cordillerano caracterizado por un volcanismo que ha dado origen a grandes alturas que destacan del conjunto, por ejemplo los volcanes : Peteroa de 4.090 msnm, Descabezado Grande de 3.830 msnm, Descabezado Chico de 3.250 msnm, Quizapu de 3.050 msnm y Longavi de 3.242 msnm; la Precordillera o Montaña es una unidad de relieve de contacto entre la Cordillera y el Valle Longitudinal; en tanto, las planicies litorales representan una franja litoral interrumpida por los ríos que desembocan en el mar generando terrazas fluviales, campos de dunas y extensas playas. Esta concisa descripción geográfica del territorio adelanta el sinfín de recursos y atractivos naturales que se distribuyen tanto en el litoral como en la cordillera de los andes.
En este tenor, el turismo litoral esta cimentado en numerosos balnearios y playas, entre los que destaca la ciudad de Constitución, el Lago Vichuquén, Boyeruca, el balneario de Llico, Duao, Iloca, La Pesca, Pellines, Pelluhue, Curanipe y las playas de Lovelván, Las Tres, Tregualemu, Punta Calan y Punta Pullai, entre otras. Sin embargo, muchos de estos balnearios sufrieron graves daños a causa de los embates del terremoto y tsunami del día 27 de febrero, trayendo consigo la destrucción de herramientas, materiales, infraestructura para el desarrollo de las actividades productivas de sus habitantes como son la pesca y el turismo.
Por otro lado, producto de la llamada falla Liqueñe - Ofqui, Chile está atravesado por manantiales, de vitalidad, cursos de agua tibios que emanan en forma de pozos naturales o como parte de complejos turísticos bien desarrollados. Esta situación no es ajena al territorio que comprende la Región del Maule, ya que en la zona precordillerana destacan los balnearios termales de : Los Queñes, San Pedro, Médano, Quinamávida, Panimávida, Catillo.
A lo anterior, se suma el ingente número de espacios naturales con potencial para la práctica de las más diversas modalidades del turismo. Entre ellos se encuentra el turismo aventura, ecoturismo, turismo náutico, turismo rural, entre otros. En este sentido, el Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Estado, SNASPE, cobra real importancia para el desarrollo del turismo vinculado a la naturaleza en el territorio, ya que con sus seis Reservas Nacionales y su Parque Nacional tiende a la conservación de ecosistemas endémicos y representativos de la biodiversidad nacional. Actualmente, el SNASPE en la región protege efectivamente una superficie total de 18.826 há, es decir un 0,61% de la superficie regional (3.032.530 há).
La presencia de los Valle del Maule y del Valle de Curicó con una superficie de 30.301 Km² y 17.140 hectáreas respectivamente, ha consolidado a este territorio como el mayor productor de vinos de Chile, ya que la mitad de la producción vitivinícola chilena destinada a la exportación se produce en la Región del Maule. Esta singularidad ha dado pie al desarrollo y consolidación del enoturismo en la Región, a través de la Ruta del vino del Maule y la Ruta del vino Valles de Curicó, las cuales agrupan a quince y catorce viñas respectivamente.
Como se puede atisbar el territorio que comprende la Región del Maule se presenta como un rosario de parajes naturales , lo que ha sido el aliciente para el desarrollo de una amplia oferta turística diseminada entre la zona costera y precordillerana.
Luis García Oteiza