En septiembre de 1903 y en medio de la carrera por conseguir el primer vuelo con un aparato más pesado que el aire y propulsado por un motor, los hermanos Wilbur y Oliver Wright afinaban los últimos detalles de su aeroplano con el cual buscaban conseguir la hazaña. Sin embargo problemas meteorológicos y técnicos obligaron aplazar el primer vuelo.
Tras varios meses de retraso, el 13 de diciembre los hermanos tenían todo listo, pero decidieron retrasar el despegue, pues no contaban con la bendición de su padre por ser día domingo. A la mañana del 14, Wilbur tomó la iniciativa para pilotear el primer avión, pero tras el despegué se estrelló. Con la convicción de no dar pie atrás, Wilbur y Oliver repararon el mod elo en tres días.
Finalmente el 17 de diciembre, al mando de Oliver, el incipiente aeroplano, denominado Flyer I logró despegar desde Kitty Hawk, logrando el histórico vuelo de 12 segundos y 40 metros de recorrido.
Habiendo concretado con éxito el primer vuelo, los hermanos Wright realizaron tres vuelos más con el mismo aparato, siendo el último el más exitoso al cubrir 260 metros en 59 segundos.
El avión tenía un propulsor con cuatro cilindros de 12 h/p, refrigerado por un líquido que movía, a través de una transmisión en cadena, una pareja de hélices expulsos. También poseía mejoras en el sistema de comando, probados con el planeador número 3 en 1902, gracias a la colocación de timón de dirección movible posterior trabajaba con el ala giratoria para contrastar la resistencia causada por el sistema giratoria del extremo del alerón, facilitando suaves virajes inclinados.
Tras su hazaña, los hermanos Wright participaron en la construcción de otros aeroplanos, los cuales fueron piloteados por diversos personajes hacia finales de la primera década del siglo XX.
El primer vuelo de los hermanos Wright cerró la primera etapa por alcanzar el cielo, haciendo realidad la aviación.